Ruediger Dahlke* nos
enseña que “el estado de salud no se puede alcanzar del todo porque no es una
meta inamovible, de la misma manera que nada que es auténtico permanece quieto,
todo fluye. Sin embargo, todo flujo contiene un ritmo, y lo importante es que
cada cual encuentre el suyo. Cada persona es diferente, por lo tanto no existen
reglas generales para todo el mundo. Es importante escucharse, y ahí
encontrarás las leyes de la vida y de la salud.”
Aporta estas tres
reglas básicas para lograr la salud:
1. Encuentra tu
verdadera esencia y deja que florezca
Pregúntate quién
eres. Tu camino no tiene que ser el adecuado para los demás. Es mejor cometer
los propios errores que vivir las virtudes de otras personas. Esas personas que
hacen lo que se supone que se debe hacer o que viven los proyectos de otras
(sus padres, su pareja, etc.) descuidan su propio camino y se alejan cada vez
más de sí mismas, y no es extraño que empiecen a aparecer síntomas de malestar
o, como se denomina comúnmente, “enfermedades”. Estas enfermedades obligan a
dar marcha atrás, o incluso a volver a empezar, puesto que eso es lo que la
enfermedad está intentando decirte. No existe salud real y completa cuando no
se está viviendo la propia vida.
2. Sé consciente de
tus miedos
Te impide liberarte y
fluir con la corriente de la vida. El miedo exige continuamente reglas con las
cuales poder atormentarte. Pero gracias a la ley de la polaridad (una de las
dos leyes globales de la vida, junto con la ley de la atracción), el miedo lleva
también implícita la solución. Puedes cambiar las tornas: encamínate hacia tu
miedo y verás cómo te conduce a tu verdadera esencia. Casi siempre lo que más
miedo te da es lo que te fascina y te maravilla -si decides encararlo-, lo que
te supone un desafío. Si es así, eso es lo que tienes que seguir; pero cuidado,
no dejes que se convierta en una rutina.
3. No sigas estando
sujeto a normas o principios que ya no te aportan nada
Todas las cosas, y
sus reglas, tienen su tiempo. Cuando las reglas empiezan a obstaculizar el
fluir de la vida, y en lugar de fomentar el crecimiento lo que haces es ponerle
trabas, entonces es el momento de darles las gracias y soltarlas, para evitar
así la enfermedad y seguir manteniendo la verdadera salud.
* Ruediger Dahlke es coautor de la Enfermedad como camino