5.8.13

Cómo ver mejor



"Como en el arte, tampoco en la visión puede forzarse nunca nada. El yo consciente que impulsa al trabajo no exige a los ojos más que empiecen a mirar fijamente. Deben captar demasiado de una sola vez y con ello no hacen si no fatigar al cerebro, lo cual por su parte empeora la nitidez de la imagen captada. De esta manera, dice Huxley, se llega a un cliclo que se refuerza a sí mismo negativamente. Escribió "El arte de ver" para inducir a las personas que sufrían de vista deficiente a poner en marcha por su parte un circuito que se reforzara a sí mismo positivamente: unos ojos relajados en un cuerpo relajado se deslizan como danzando sobre el campo visual, ya sea éste un paisaje, el rostro de la pareja en una conversación o la página de un libro. Como danzando, también vincula el cerebro a las informaciones que van llegando con los datos almacenados. Así se profundiza lo visto, gana en nitidez del contorno y en intensidad de los colores, tanto de lo visible como de lo emocional.
El que ve, se convierte en colaborador en la creación de su mundo. En el "estado de pasividad despierta y de relajación dinámica", como dice Huxley, el cerebro y los ojos bailan recíprocamente la "danza" de la percepción, la selección y el reconocimiento."
Extraído del libro de W. Schultz-Zehden "Cómo ver mejor"
Fuente: Facebook Visión Natural y Método Bates

22.7.13

Cuerpo saludable

 


"El cuerpo no necesita ninguna defensa. No podemos hacer suficiente hincapié en esto. El cuerpo se mantendrá fuerte y saludable si la mente no abusa de él asignándole funciones que no puede cumplir, propósitos que están fuera de su alcance y elevadas metas que no puede alcanzar. Tales intentos ridículos, aunque celosamente atesorados, son la fuente de los múltiples y dementes ataques a que lo sometes. Pues el cuerpo parece frustrar tus esperanzas, tus valores y tus sueños, así como no satisfacer tus necesidades."

Un Curso de Milagros, lección 135, 7.

19.6.13

Tres reglas básicas para lograr la salud

 
Ruediger Dahlke* nos enseña que “el estado de salud no se puede alcanzar del todo porque no es una meta inamovible, de la misma manera que nada que es auténtico permanece quieto, todo fluye. Sin embargo, todo flujo contiene un ritmo, y lo importante es que cada cual encuentre el suyo. Cada persona es diferente, por lo tanto no existen reglas generales para todo el mundo. Es importante escucharse, y ahí encontrarás las leyes de la vida y de la salud.”
 
Aporta estas tres reglas básicas para lograr la salud:
 
1. Encuentra tu verdadera esencia y deja que florezca
Pregúntate quién eres. Tu camino no tiene que ser el adecuado para los demás. Es mejor cometer los propios errores que vivir las virtudes de otras personas. Esas personas que hacen lo que se supone que se debe hacer o que viven los proyectos de otras (sus padres, su pareja, etc.) descuidan su propio camino y se alejan cada vez más de sí mismas, y no es extraño que empiecen a aparecer síntomas de malestar o, como se denomina comúnmente, “enfermedades”. Estas enfermedades obligan a dar marcha atrás, o incluso a volver a empezar, puesto que eso es lo que la enfermedad está intentando decirte. No existe salud real y completa cuando no se está viviendo la propia vida.
 
2. Sé consciente de tus miedos
Te impide liberarte y fluir con la corriente de la vida. El miedo exige continuamente reglas con las cuales poder atormentarte. Pero gracias a la ley de la polaridad (una de las dos leyes globales de la vida, junto con la ley de la atracción), el miedo lleva también implícita la solución. Puedes cambiar las tornas: encamínate hacia tu miedo y verás cómo te conduce a tu verdadera esencia. Casi siempre lo que más miedo te da es lo que te fascina y te maravilla -si decides encararlo-, lo que te supone un desafío. Si es así, eso es lo que tienes que seguir; pero cuidado, no dejes que se convierta en una rutina.
 
3. No sigas estando sujeto a normas o principios que ya no te aportan nada
Todas las cosas, y sus reglas, tienen su tiempo. Cuando las reglas empiezan a obstaculizar el fluir de la vida, y en lugar de fomentar el crecimiento lo que haces es ponerle trabas, entonces es el momento de darles las gracias y soltarlas, para evitar así la enfermedad y seguir manteniendo la verdadera salud.
 
* Ruediger Dahlke es coautor de la Enfermedad como camino
 
 
 

13.6.13

El sentido biológico de las enfermedades

Photo by Tony Mindling vía Our World's View

"Todas las llamadas enfermedades tienen un significado biológico especial. Mientras tendíamos a considerar a la Madre Naturaleza como falible y teníamos la audacia de creer que Ella comete errores constantemente y produce descomposturas (crecimientos cancerosos malignos, sin sentido, degenerativos, etc.) podemos ahora ver, mientras las vendas caen de nuestros ojos, que sólo eran nuestra ignorancia y orgullo la única estupidez en nuestro cosmos.

Cegados, trajimos frente a nosotros ésta medicina sin sentido, falta de alma y brutal. Llenos de asombro, podemos ahora entender por primera vez, que la Naturaleza tiene un orden (eso ya lo sabíamos), y que cada cosa que ocurre en la naturaleza tiene un propósito en el marco del todo, y que los eventos que llamábamos enfermedades no son alteraciones sin sentido que tienen que ser reparadas por aprendices de hechicero. Podemos ver que nada carece de significado, nada es maligno ni está enfermo. "
Ryke Geerd Hamer

4.6.13

Constatación del cuerpo


Toca con tu mano la región lumbar y siéntela, vete subiendo. Hay muchas zonas, por ejemplo, la mayor parte de las personas no conocen su vientre, porque ahí hay muchas defensas. Entonces, por la mañana al despertar, tocad bien el vientre hasta que lo sintáis, sin manipularlo. Debéis llegar a la sensación global de vuestro cuerpo. La sensación ha sido paralizada por vuestras defensas y reacciones. En las defensas, agresiones y reacciones se encuentra el origen de la enfermedad. En el momento en que la sensibilidad se despierta, las células se abren. La enfermedad no es otra cosa que una contracción. En la meditación lo que es importante en principio, es que todas las energías que están dispersas se reúnan. En vuestro laboratorio lo primero que vais a ver es que las sensaciones no afloran, que estáis siempre reaccionando, y luego esto quedará como una memoria orgánica, y en la vida cotidiana, al limpiar vuestra ropa, los zapatos o al peinaros, todo vuestro cuerpo estará impregnado por esta sensibilidad. Hay que entender bien que no hay nada que hacer, solamente constatar.
Jean Klein
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